martes, 20 de diciembre de 2011

Trasfondo de hermandad

En el año 26 después de la apertura del portal oscuro, los elfos nobles de Quel’thalas se enfrentaban a sus peores días. Parecía haber llegado el fin de su civilización. El ataque del Azote sobre el reino mágico había terminado con la vida de más de la mitad de la población, la raza se extinguía a causa de la sed de magia que la destrucción de la Fuente del Sol había despertado en ellos, los más débiles sucumbían a la enfermedad, a la locura o a la adicción, transformándose en desdichados.

Fallecido el gran Rey Anasterian, su hijo Kael’thas empeñó su vida y propósito en la búsqueda de una salvación para su pueblo. Enardeciendo los corazones de su gente y manteniendo viva la llama de su esperanza con su convicción, partió en colaboración con la Alianza hacia la batalla contra el Rey Exánime, esperando a cambio hallar una cura para el sufrimiento de su gente.

Tras un duro camino de traiciones, abandonados a su suerte por todos, el Príncipe y sus leales consiguieron lo imposible. Desde el otro lado del Portal Oscuro, el Gran Magíster Rommath regresó con un mensaje de esperanza, con los cristales de energía que habrían de garantizar la subsistencia de la raza y con M’uru.

La División Fénix era un cuerpo de Rompehechizos perteneciente al ejército Thalassiano. Después del ataque del Azote, esta sección permaneció en Quel’thalas al igual que otras, tratando de mantener a raya a la plaga y protegiendo lo que quedaba del Reino y de su raza. Meses después de la llegada de M’uru, Lady Liadrin, una conocida sacerdotisa convocó a un grupo de militares al Centro de Mando del Ejército. Allí, la dama y el magíster Astalor Jurasangre mostraron a los doce soldados el naaru y el poder que habían conseguido obtener de él por medio de la fuerza, sometiendo y doblegando su voluntad. Enardecido por el descubrimiento, Lord Sanguinar dio un paso adelante y drenó energía de la criatura, confirmando que aquello era como “tener el Sol en las venas”.

Los doce soldados –entre los cuales se encontraba Aelion Sin’Thael, capitán de la división Fénix- aceptaron voluntariamente instruirse de manera experimental en el dominio de esa Luz robada.

Un año después, la división Fénix, entonces formada casi íntegramente por los nuevos Caballeros de Sangre junto a algunos guerreros, sacerdotes, cabalistas y magos, partían hacia la Tierra Prometida para apoyar al Príncipe Kael’thas en su búsqueda de la salvación para su pueblo. Unos meses más tarde, la revelación de que el Príncipe se había aliado con Illidan conmocionó a los que arriesgaban sus vidas en Terrallende. Algunos permanecieron leales, pero otros volvieron su mirada hacia Shattrat y la rebelión de los Arúspices se consolidó tras el secuestro de M’uru y la creación del Sol Devastado.

Han pasado cuatro años desde entonces. La guerra civil entre Arúspices y seguidores de Kael’thas dejó muchos desaparecidos en combate de ambos bandos y  el destino de la división Fénix se pierde en las brumas del misterio, así como su participación en esta guerra y el bando en el cual lucharon.

Pero no todo ha desaparecido. El pasado no debe olvidarse, pero hay que mirar hacia el futuro.

De las cenizas de la división Fénix renace la Orden del Ala de Fénix, un cuerpo militar de élite integrado en el ejército thalassiano pero ajeno a su jurisdicción, sujeto a sus propios marcos disciplinarios y que responde directamente ante el Gran Magíster Rommath. 

Los compromisos de la Orden son, entre otros:

- Apoyo militar en las Tierras del Sur (de Quel’thalas, se sobreentiende) en pro de su recuperación para el Reino.

- Patrullas constantes y escoltas a requerimiento a través de estas tierras aún peligrosas.

- Escolta y protección a requerimiento de miembros del Relicario o de los Magísteres en sus misiones de búsqueda y recuperación de objetos mágicos, Sagrarios o edificios emblemáticos o lugares de poder para nuestro pueblo.

- Fomento y apoyo a aquellas actividades sociales orientadas a mantener las tradiciones del Reino, honrar a los ancestros, enardecer el sentimiento de orgullo thalassiano de la población o reprimir a los insurgentes y traidores a la raza.

El Ala de Fénix recluta a sus miembros de entre los mejores elfos de Quel’thalas, tras unas duras pruebas físicas y personales. Reúne bajo su estandarte a aquellos que demuestran un patriotismo más auténtico, una fe en Belore más recta y firme, un respeto por los ancestros y los líderes más constante y verdadero y una adecuación física y disciplinar excelente. Como Orden, aquellos que pasan a formar parte del Ala de Fénix se comprometen con una serie de ideales éticos, ideológicos y morales que afectan también a los aspectos más personales de sus vidas. Es por ello que los reclutamientos son la prueba para aquellos que dicen estar dispuestos a vivir, luchar y morir por una idea.

Los miembros del Ala de Fénix de cualquier rango, como miembros de una orden de combate adscrita al ejército de Quel’thalas, son juzgados por un tribunal militar en caso de tener que responder a una acusación, sea ésta civil o militar.

El Ala de Fénix está dirigida tácticamente por Aelion Sin’Thael, capitán de la Orden y primero en jerarquía entre los miembros. 

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